En la historia moderna ha habido casos de personas que vivían en las zonas de tránsito de los aeropuertos durante varios años.
Edward Snowden, el exempleado de una empresa estadounidense subcontratada por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) que reveló información confidencial de los servicios secretos de EEUU, podría permanecer en el aeropuerto moscovita de Sheremetievo hasta el próximo mes de septiembre y, en teoría, encontrarse allí con los que llegarán a Moscú para participar en la cumbre del G-20.
Mientras, el presidente estadounidense, Barack Obama, podría cancelar su visita a Rusia programada para principios del próximo mes de septiembre si para ese momento Snowden no abandona el país. Así lo declaró un funcionario estadounidense citado por el diario The New York Times. Una fuente próxima al Departamento de Estado de EEUU confirmó al diario ruso Kommersant que ya se lo había informado a las autoridades rusas.
Snowden está en el centro de atención de los medios de comunicación internacionales desde hace más de tres semanas. El mundo necesitaba alguien como él.
¿Qué más puede decir Edward Snowden?
Nadie le ha visto en el aeropuerto Sheremetievo. No se sabe a ciencia cierta si el extécnico de la NSA ha llegado a Rusia y ha abandonado Hong Kong. Ni si estaba allí en realidad.
Snowden se ha convertido en el protagonista de un reality show. La comunidad internacional le conoce sólo por las fotografías, pero no deja pasar desapercibida ninguna declaración hecha por Snowden, sea su supuesta respuesta a la exespía rusa, Anna Chapman, o una nueva solicitud de asilo político. El joven informático filtra datos secretos por entregas para que la gente no olvide a quién podría perder si fuese entregado a EEUU cuyos servicios secretos espiaron a todo el mundo.
El analista del diario británico The Guardian, Glenn Greenwald, publicó un artículo junto con periodistas brasileños en el periódico de Brasil Globo en el que se dice que EEUU interceptó millones de conversaciones telefónicas y mensajes de brasileños.
Se menciona también que los servicios de inteligencia estadounidenses espiaban ciudadanos de Rusia y que Brasil estuvo tan vigilado como Estados Unidos, donde unos 2.300 millones de mensajes telefónicos y de correos electrónicos fueron interceptados solo en el mes de enero.
En base a la información filtrada por Snowden los periodistas dibujaron un mapa con una escala de colores que identifican la intensidad de las acciones de espionaje en varios países. Resulta que Oriente Próximo y Afganistán fueron los blancos prioritarios del espionaje de EEUU. Mientras, en Rusia, China y Brasil se produjo una actividad menos intensa.
A juzgar por todo, no es tan importante la información ya revelada por Snowden. Es más importante que el mundo quede a la espera de las nuevas filtraciones.
Sospechas confirmadas
Ningún descubrimiento es capaz de conmover tanto a la gente como la confirmación de sus sospechas, por ejemplo, de que todo el mal proviene de EEUU.
Parece que los datos filtrados por Snowden tienen mucho que ver con la realidad. Es posible que el extécnico de la NSA conozca bien los detalles, los motivos y las capacidades técnicas de la interceptación de conversaciones y mensajes.
Todos saben perfectamente que las conversaciones pueden no ser confidenciales. Y a día de hoy, esta actividad no sólo está a cargo de los servicios secretos. En Rusia es un negocio lucrativo ya desde hace mucho: los empresarios interceptan las conversaciones de sus competidores. Pero nadie es capaz de interceptar físicamente mil millones de conversaciones. La clave es el número de comunicaciones, cada una de las cuales puede ser interceptada si el respectivo equipo técnico reacciona a una palabra clave.
Es decir, Snowden sólo confirmó lo que sabían todos.
Snowden no es Julian Assange
Al filtrar la información confidencial de los servicios de inteligencia de EEUU, Snowden cayó en una trampa: al crear un problema para sus antiguos colegas, se ve obligado a continuar revelando secretos para garantizar su propia seguridad.
Se puede entender el fracaso de la NSA, que bien pudo dejar pasar algo por alto y cometer un error. Pero es evidente que los estadounidenses no cometen errores sistemáticos. Incluso los militantes de una organización clandestina organizan su actividad de modo que nadie sepa lo que no debería saber.
Es poco probable que Edward Snowden haya tenido acceso a toda la información. Si fuese un hacker, esto ya habría salido a la luz pública. Pero sabemos que filtra sólo la información a la que tuvo acceso cumpliendo su deber profesional.
Y no ha dicho todavía nada que quede fuera de sus supuestos conocimientos. Ha quedado claro que los servicios secretos de varios países, incluidos los brasileños y alemanes, ayudaban a los estadounidenses a recoger información. ¿Y por qué no deberían hacerlo si todos están interesados en interceptar conversaciones de los demás?
Snowden no tendrá más datos para filtrar por un tiempo. El fundador de Wikileaks, Julian Assange, dio sorpresas a la comunidad internacional durante mucho tiempo. Y Snowden sólo tiene la experiencia que adquirió trabajando en la empresa subcontratada por la NSA. No se puede comparar sus revelaciones con las de Wikileaks. Además, Snowden no denunció ni traicionó a ningún agente secreto. Es decir, nadie se hizo víctima de sus revelaciones. Sólo es posible que alguien sea destituido de su cargo en la NSA, se disuelva algún departamento o se cierre un programa.
Los traidores suelen causar mucho más daño que los problemas burocráticos provocados por Snowden.
¿Adónde va Edward Snowden?
Snowden se convirtió en una figura enigmática que centra la atención de todo el mundo. El exempleado de la NSA dio a millones de personas una oportunidad de ser testigos de fracasos enormes de un Estado en directo, ser coautores de una novela policiaca cuyo final se puede sólo adivinar.
¿Para quién trabaja Snowden? ¿Quién y cómo le pudo reclutar? Cualquier guión es posible.
Es un triunfo de la teoría de la conspiración. La cosa se pone seria y el conflicto se hace global. Obama no irá a Moscú. El reinicio de relaciones ruso-estadounidenses se acabó, como si Snowden fuese responsable de esto. En realidad, esto no importa a nadie, incluso si Snowden fuese agente de un servicio de inteligencia de otro país.
Nadie le necesita. Parece que hasta los estadounidenses que entienden que no les entregarán a Snowden abordan la cuestión de qué hacer con él con el mismo entusiasmo que los demás. Todos quieren que esta historia quede en el olvido.
Es posible que haya sido por esta causa por la que los países de América Latina decidieron de improviso ofrecer asilo político al extécnico de la NSA.
¿Quién es Edward Snowden y adónde va?
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
