Bolivia rompe los mitos

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El analista boliviano Hugo Moldiz conversó sobre el liderazgo de Evo Morales, el modelo político boliviano y la economía plural con periodistas de Sputnik.

Cuando el pasado octubre Evo Morales triunfaba nuevamente en las urnas bolivianas con el 61 % de los votos, no solo le daba continuidad al proceso iniciado hace más de una década, sino que escribía una página inédita en la historia del país andino. Morales es ya el primer presidente que cumple tres mandatos continuos, y en 2020 será el que más años ha ejercido la condición de presidente democrático (14 años).

¿Cómo ha conseguido este hombre humilde, de origen aimara, nacido en la empobrecida región de Orinoca, líder cocalero sin una alta formación académica, ganarse el apoyo no sólo de la población indígena que representa, de los más pobres y favorecidos por su gobierno, sino hasta de muchos históricamente alejados?

“Evo Morales es un líder político fuera de serie. La fuerza de su liderazgo, fundada en el protagonismo de los movimientos sociales, se está encargando de romper con varios mitos de la historia de Bolivia,” afirma Hugo Moldiz, analista político, abogado y escritor boliviano, con quien Sputnik conversó en exclusiva sobre los resortes que mueven hoy la política boliviana.

“Son varios los factores que influyen en esta victoria. No se ha perdido el empuje del núcleo inicial indígena, campesino y popular al que hoy se suma un sector que hasta ahora estaba equidistante, que es la clase obrera boliviana”, afirmó el también investigador y académico.”

“Desde el 2006, la derecha no ha logrado presentarle al país un proyecto ni una propuesta diferente a lo que se está haciendo y eso le ha quitado la posibilidad de aprovechar algunos momentos críticos del gobierno de Evo a su favor. La derrota militar y política de la derecha en el 2008, cuando intentó quebrar el país, fue la antesala de la victoria electoral en diciembre del 2009 y el punto de partida para el proceso de irradiación hegemónica del proceso hacia el oriente boliviano, que es donde estaba el epicentro de la contrarrevolución”, analiza Moldiz.

“Los éxitos del modelo son decisivos. Frente a otros países que llevan procesos similares al nuestro, el boliviano es de los más sólidos en la creación de excedentes y su distribución”, asegura. “El crecimiento significa la materialización de la agenda del siglo XX y el XIX, porque este país era tan atrasado que tenía esas agendas pendientes, y se concretan con liderazgo indígena campesino y no con la burguesía. Evo realiza las tareas pendientes de lo que la burguesía no pudo hacer, a través de mecanismos que han logrado beneficiar a la inmensa mayoría de la población boliviana”.

¿Cómo definir entonces los logros más importantes de Evo?

El principal logro del proceso es haberle dado la palabra y la voz a los más humildes. Haber vuelto personas a los que no eran considerados por la historia. Es un logro intangible que va más allá de la materialidad, es un proceso de autoestima individual y colectiva que dignifica al ser humano.
Durante siglos, en Bolivia el poder construyó una estructura social y política basada en el color de la piel y el apellido de la que estaba excluida la inmensa mayoría. Era una suerte de apartheid encubierto con ciertas formas de modernidad. Eso lo sentía la gente de a pie, que no podía entrar a varios lugares, al café Alexander, por ejemplo, sin ser ametrallados con el rechazo de los que lo frecuentaban. Ya se nota un empoderamiento de la gente, sienten que el poder son ellos, que son los protagonistas, los actores. Incluso comienza a haber una desconfianza hacia lo mestizo y lo blancoide. La naturaleza del poder ha cambiado.

Sin embargo, el gobierno ha hecho la campaña en base a la gestión y logros materiales, y no en base a las esencias, a la espiritualidad, al ajallu, como se diría en aimara. Yo creo que el mensaje del gobierno fuera más efectivo si aprovechase mejor eso.

Bolivia sorprende. Ha pasado en poco tiempo de ser uno de los países más empobrecidos a ser la segunda economía de la región en 2013 por su ritmo de crecimiento. El PIB casi se ha quintuplicado (de 6 mil a 32 mil millones de dólares), las exportaciones se han multiplicado por 10… ¿Dónde está el secreto boliviano?

En la sustitución de un bloque en el poder por otro, en la aplicación de un modelo económico que, a diferencia de la revolución cubana, lo que ha hecho es priorizar la construcción de la base material de la revolución, sin cambiar todavía las relaciones de producción. Esto hace un estado fuerte, un liderazgo fuerte, que pasa del 5 al 50 por ciento en la participación en la constitución PIB y da garantías al sector privado, pero a la vez les fija las reglas para que no puedan hacer lo que les da la gana.

Un modelo de economía plural que le permita al empresario seguir ganado plata quizás como no lo había hecho hasta ahora, pero que al mismo tiempo sabe que la primera obligación que le fija el estado antes de importar es abastecer el mercado interno. De esa manera ha generado muchos excedentes económicos que se están redistribuyendo e invirtiendo como nunca.

Por las exportaciones solo de gas, con el viejo modelo en el país se quedaban 300 millones de dólares; actualmente se quedan 7 mil millones.
Con estos resultados, producto de la política de nacionalizaciones y la aplicación de este nuevo modelo, la mayor parte de la población se inclina por mantener la estabilidad política, económica y social.

Entonces, ¿cuáles serían los principales retos a los que se enfrenta ahora el gobierno de Morales?

Primero debe lograr equilibrio entre gestión y política, pues no toda buena gestión significa revolución, aunque toda revolución en el siglo XXI necesita una buena gestión.

En general, la izquierda necesita romper mitos de que no sabe gobernar, que es ineficiente, y que el estado no sirve para nada, esos mitos los ha roto Bolivia. El peligro ahora de caminar por inercia, de pensar que ya se ha logrado todo, siempre está presente.

Y otro reto es decidir si cambiamos o no la constitución para que Evo sea habilitado en 2019. No nos debería sorprender que Evo decida no cambiar la constitución, eso significaría que está convencido que lo iniciado no depende de una sola persona y que no tiene punto de retorno.

En momentos en que Rusia se acerca a Latinoamérica y que estrecha vínculos específicamente con Bolivia ¿cómo ve usted esas relaciones?

Son esenciales para todos. Creo que la posibilidad de que exista un mundo multipolar depende en gran medida de América Latina y para ello, las relaciones con Rusia y China son fundamentales.

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