A veces, incluso de la mano de los arquitectos más prestigiosos de renombre mundial salen unos edificios feos. Quizás sean originales y de calidad, pero desde el punto de vista arquitectónico resultan un fracaso. Los más feos de todos ellos vienen presentados en la galería gráfica de 'RIA Novosti – Inmuebles'.
A veces, incluso de la mano de los arquitectos más prestigiosos de renombre mundial, salen unos edificios feos. Quizás sean originales y de calidad, pero desde el punto de vista arquitectónico resultan un fracaso. Desde 2006 la revista británica Building Design organiza una competición anual que elige el edificio de nueva construcción más feo del año en el Reino Unido. En 2010 la ganadora del primer premio, Carbuncle Cup, fue la torre Strata situada en el sur de Londres.
Pero a partir del pasado 5 de julio la torre Strada no es el edificio más alto de la capital británica. La altura del rascacielos Shard es de 310 metros, lo cual hace de él el edificio más alto de Europa.
El Hotel Ryugyŏng en Pyonyang con frecuencia lidera las listas de edificios más feos del mundo confeccionadas por diferentes medios y organizaciones. El hotel alcanza una altura de 330 metros con sus 105 plantas, que hacen de este edificio la construcción más alta de Corea del Norte.
Tampoco le gusta al público el edificio del museo de Ciencia Ficción en Seattle (Experience Music Project and Science Fiction Museum and Hall of Fame). El autor del proyecto es el famoso arquitecto estadounidense Frank Gehry. El propio Gehry afirma que su edificio simboliza la música, pero muchos aseguran que parece más a un monstruo marino.
La torre de televisión de la capital de la República Checa, llamada Torre Žižkov, construida entre 1985 y 1992, durante el período comunista, tiene un diseño algo extraño que recuerda a un cohete listo para ser lanzado. De una altura de 216 metros, es criticada por su megalomanía y por su desagradable efecto en el horizonte de la Praga medieval. Llama la atención que la torre Žižkov está cubierta de bebés gigantes que trepan por ella, una muestra artística que no convence a todos.
La torre ArcelorMittal Orbit, una estructura de 115 metros de altura que presidirá la Villa Olímpica de los Juegos de Londres 2012, figura en las listas de construcciones más feas del mundo antes incluso de ser inaugurada. El coloso de Stratford, como ha sido llamada, está construido con enormes tubos rojos con entrelazamientos y sinuosas curvas que se extienden hacia arriba.
París, que tiene fama de ser una de las ciudades más hermosas del mundo, también tiene edificios feos. Los parisinos odian la torre Montparnasse, que mide 210 metros de altura con sus 59 plantas y es el único rascacielos situado dentro de la ciudad. La torre parece un cuerpo extraño que domina el bello panorama del centro histórico.
El edificio Elefante fue construido en Bangkok en 1997 y representa, aunque de manera muy primitiva, el símbolo nacional de Tailandia: un elefante. Tiene 102 metros de altura, con 32 plantas ocupadas por viviendas, oficinas y comercios.
Cuando la compañía estadounidense Longaberger, dedicada en sus inicios a la fabricación artesanal de cestas de madera, decidió edificar un edificio para sus oficinas centrales, quiso darle un inequívoco aspecto corporativo. El resultado provocó reacciones contrarias: unos creen que es un éxito y otros opinan que es una idea ridícula.
Los propios arquitectos afirman que una construcción no puede ser totalmente fea. La fealdad es otro tipo de belleza, opina el arquitecto ruso Andrei Asádov. Al mismo tiempo, está seguro de que la arquitectura moderna en general es muy poco “humana”.
No es de extrañar, por lo tanto, que el 'antipremio' Carbuncle Cup 2011 se lo lleve todo un complejo de edificios: MediaCityUK, en Salford (Manchester). El proyecto prevé la edificación de más de 80 hectáreas de superficie en la orilla del canal. Se trata un conglomerado gigante de viviendas, hoteles y oficinas, destinadas estas últimas a ser sede de diferentes medios de comunicación.
