La enorme deuda y el déficit no impedirán a EEUU emprender los planes para renovar su flota de portaaviones, como demostró la botadura el pasado sábado, del portaaviones CVN-78 Gerald Ford, escribió hoy el diario ruso Rossiyskaya gazeta.
Al recopilar comentarios sobre la nueva fortaleza flotante, el rotativo citó el comentario del Pentágono, que llamó el portaaviones Gerald Ford el “futuro señor de los mares”, pero la prensa estadounidense, con más patriotismo, dijo que el portaaviones botado en los astilleros militares Newport News (Virginia) es el “superbuque de la superpotencia”, destacó el diario ruso.
Un hito de ingeniería por que en todos los parámetros el nuevo portaaviones es superior a los actuales portaaviones de la clase Nimitz.
Catalogado por expertos como una obra maestra de la industria militar naval, el G Ford desplaza 112.000 tonelada,s mucho más que el Nimitz (100.000).
Con 333 metros de largo (cuatro campos de fútbol), y una cubierta de despegue de 78 metros de ancho, el portaaviones G Ford podrá transportar hasta 90 aviones y helicópteros que despegarán en catapultas electromagnéticas y en capacidad de realizar de 140 a 160 vuelos diarios.
La ventaja principal del nuevo portaaviones son sus características técnicas, los dos reactores nucleares pueden abastecer el consumo eléctrico de Mónaco, Lichtenstein, Andorra y San Marino juntos durante un año y los nuevos sistemas de mantenimiento, navegación y mando permitieron reducir el personal de servicio a 4.660 operarios.
En lo que respecta a potencial bélico y armamento, el nuevo portaaviones será imbatible con equipos radioelectrónicos de última generación, y radares DBR con propiedades de radar multifuncional y radar de visión amplia.
Entre el armamento, el G Ford tendrá sistemas de defensa antiaérea con misiles Evolved Sea Sparrow con dos baterías de lanzamiento de ocho canales.
Con un costo aproximado de 13.000 millones de dólares, el portaaviones G Ford es la primera etapa para modernizar la flota de portaaviones de EEUU y sustituir en plazos de cinco años, los actuales portaaviones Interprise y Nimitz, lo que supondrá gastos adicionales por un monto de 43.000 millones de dólares, la cuota inicial para gastos más ambiciosos si se tiene en cuenta que el plan final será construir diez portaaviones de este tipo.
Oradores en la ceremonia de botadura, destacaron que el orgullo de los estadounidenses alcanzará cuotas altas en 2016, cuando el portaaviones Gerald Ford sea incorporado a la Armada de EEUU y emprenda misiones en los mares del mundo.
Al respecto de esa euforia, Rossiyskaya gazeta pregunta si será suficiente para calmar la preocupación de muchos estadounidenses por el déficit presupuestario y la deuda de su país, que para entonces también tendrá dimensiones alarmantes.
