Las discusiones y los enfrentamientos que tienen lugar en Occidente muestran que muchos se oponen a la imposición de los llamados valores liberales; el jefe de la Comisión para Asuntos Exteriores de la Duma del Estado, Alexéi Pushkov, señaló en una entrevista con el diario Izvestia qué hace Rusia para contrarrestar esta tendencia.
Según Pushkov, el año 2013 marcó el comienzo de la fase radical y destructiva de la revolución liberal. Occidente ya no se limita a poner en duda los valores tradicionales y comenzó a imponer sus ideas a otros países y sociedades. Hay muchos indicios de que se trata de una política oficial: Bruselas recomienda a sus diplomáticos participar en los desfiles gay o promueve la educación sexual a partir de los seis años.
El político indica que la UE puso la autorización de desfiles gay como condición para firmar un acuerdo de asociación con Chisinau y afirma que lo mismo le esperaría a Kiev de no haber suspendido el proceso de la integración europea. También menciona las protestas en torno a Sochi 2014 a raíz de la adopción de la ley en contra de la propaganda homosexual.
Pushkov denuncia que los medios europeos se entregan a una campaña antirrusa pero no reaccionan a la situación en los países amigos como Arabia Saudí o la India donde las leyes contra los gays son mucho más severas.
En la opinión de Pushkov, los intentos de imponer la nueva ideología de Occidente se explican por la intensa actividad de las minorías sexuales que cuentan con ricos patrocinadores. Hoy en día consiguieron ganarse el apoyo de los medios y promueven una falsa visión del progreso como libertad sexual sin límites. De hecho, tratan de transformar los propios fundamentos de la civilización que se basa en la moralidad cristiana. La sociedad que pretenden crear no tendrá Estados, fronteras, normas o valores morales. Sus integrantes, sin vínculos a su tierra, historia, fe y familia, serán objeto de manipulaciones sin escrúpulos.
Rusia se opone a esta tendencia, en particular, en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. No obliga a nadie seguir sus normas pero defiende el derecho de todos los países y sociedades de vivir como lo deseen. Según Pushkov, cuenta con numerosos aliados, también en los países de Europa Occidental.
