En Siria comenzó una nueva guerra, esta vez, entre las agrupaciones armadas que combaten contra Bashar Asad, enfrentamientos que tienen una relación directa con la próxima conferencia internacional de paz, convocada para el próximo 22 de enero en la ciudad suiza de Montreux, escribe hoy el diario Kommersant.
Por la intensidad de los combates y el número de muertos, los nuevos enfrentamientos, son tan o más sangrientos que la lucha entre la oposición siria y las tropas gubernamentales.
Las fuerzas protagonistas son el movimiento Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL), por un lado, y las agrupaciones armadas de la oposición considerada moderada, por el otro. Según expertos, la oposición moderada quiere demostrar a Occidente y sus patrocinadores de los países del Golfo Pérsico que puede combatir a las organizaciones terroristas.
Con un ejército de al menos 10.000 hombres, el 70 % de los cuales son mercenarios yihadistas extranjeros, el EIIL es considerado el grupo armado mejor entrenado y militarmente el más peligroso de todos los grupos armados de la oposición siria.
El Ejercito Libre Sirio (ELS) con 15.000 o 20.000 efectivos es una fuerza opositora moderada, reconocida por Occidente y la mayoría de las monarquías del Golfo Pérsico.
Actualmente, el ELS ataca a las agrupaciones de EIIL en varios frentes y los combates más sangrientos han ocasionado más de 500 muertos en las localidades de Alepo, Idleb, Al Raqua y Hama.
Por su parte, la agrupación islamista Frente Al Nusra considerada filial de Al Qaeda, no participa en los enfrentamientos y según diversas fuentes, trata de desempeñar un papel de mediador para reconciliar al ELS y el EIIL. Pero los expertos consideran que sus esfuerzos son vanos porque las partes enfrentadas no pueden acordar un alto al fuego, al menos hasta que se sepa en qué terminará la conferencia de paz de Montreux.
