Cada vez más expertos y políticos ucranianos llaman a aplazar hasta otoño próximo las elecciones presidenciales programadas para el 25 de mayo, lo que, según el diario Rossiyskaya Gazeta, favorecería sobre todo a Arseni Yatseniuk, Alexandr Turchínov y Yulia Timoshenko, un trío que hace lo imposible para impedir que su rival principal llegue al “Olimpo político” ucraniano.
El rotativo indica que no se trata del candidato a la presidencia Oleg Tsariov que gana una creciente popularidad en las regiones del sureste de Ucrania, sino del “rey del chocolate” Piotr Poroshenko que se mantiene al margen del alboroto en Kiev y lidera con holgura las encuestas prelectorales.
Según los sondeos, un 28% de los ucranianos están dispuestos a votar por Poroshenko en las presidenciales del 25 de mayo, mientras que Timoshenko puede presumir de tan solo un 13%. El apoyo a los demás candidatos se sitúa por debajo del 10%.
En esta situación, según Rossiyskaya Gazeta, la exprimera ministra ucraniana Timoshenko, el actual jefe del Ejecutivo Yatseniuk y el presidente en funciones Turchínov no tienen otro remedio que crear condiciones que hagan imposible la celebración de las presidenciales a finales de mayo, y la actual ofensiva de Kiev en el sureste de Ucrania se encaja perfectamente en este plan.
El director del Instituto ucraniano de Estrategias Globales, Vadim Karasiov, estima en un 50% la posibilidad de que las presidenciales no se celebren en la fecha programada.
Otro beneficiario del posible aplazamiento de las elecciones será, según el diario, la Casa Blanca que condiciona la ayuda financiera a Kiev a que “su leal aliado” Yatseniuk se mantenga en la presidencia del Gobierno.
Por consiguiente, no es de descartar que las presidenciales no lleguen a celebrarse hasta que Poroshenko prometa a Washington nombrar a Yatseniuk jefe del Ejecutivo si gana en las urnas.
