Los círculos más conservadores de Europa intentan responsabilizar de los males del Viejo Continente a los gitanos, una comunidad que integran 12 millones de personas, escribe hoy Nezavisimaya Gazeta.
Los gitanos están marginados en Europa. Según fuentes comunitarias, uno de cada tres gitanos no tiene trabajo, el 20% de ellos carecen de seguridad social y el 80% viven por debajo del nivel de pobreza.
Tras el ingreso en la UE de países con una gran diáspora gitana, su situación volvió a centrar los debates.
En primer lugar, se trata de Rumania y Bulgaria, que entraron en la Unión Europea en 2007 y desde enero del año en curso sus ciudadanos pueden desplazarse libremente por todo el territorio comunitario.
Cuando las restricciones a los viajes se levantaron, los “veteranos” de la Vieja Europa se prepararon para una “invasión” gitana que, en su opinión, amenaza con vaciar las arcas de Estado nacionales.
El 4 de abril en Bruselas tuvo lugar la tercera Cumbre europea sobre la Población Gitana. Los participantes en el encuentro constataron que los representantes de la etnia gitana continúan siendo ciudadanos de segunda a pesar de que desde 2011 la UE implementa una serie de medidas para su integración en la sociedad y el aumento del nivel de vida. Pero el proceso apenas ha dado frutos hasta ahora.
La causa principal del fracaso de las mencionadas iniciativas, subraya Nezavisimaya Gazeta, son los políticos, que se oponen a financiar las ayudas a la comunidad gitana porque se trata de medidas impopulares entre la población.
En este sentido, se escuchan voces a favor de unas leyes comunes para todos los países de la UE en materia de protección de los derechos de la minoría gitana, aunque este paso podría elevar el número de euroescépticos, advierte el diario.
