Seis minas en la provincia de Lugansk, en el este de Ucrania, están paralizadas por la huelga. Aunque las demandas son de aumento salarial, podrían terminar por sumarse a las protestas políticas, escribe Moskovski Komsomolets.
Todo comenzó el pasado martes, 22 de abril, con una concentración que congregó a dos millares de personas frente a la sede de la empresa minera Krasnodonugol. Los manifestantes pedían el aumento de sus sueldos al nivel medio para Donbás (Cuenca del Don).
Aunque la protesta tenía un carácter totalmente pacífico, sus participantes acudieron armados con palos y bates de béisbol por temor a ataques de radicales ultranacionalistas del Pravy Sektor. Un temor muy extendido en el este de Ucrania, señala el diario.
El mitin duró toda la noche. El director general de Krasnodonugol, Alexandr Anguelovski, habló con los manifestantes pero se negó a cumplir sus exigencias. La huelga continúo el miércoles y fue secundada por el 80% de los mineros, según los organizadores.
Krasnodonugol pertenece al grupo Metinvest, cuyo accionista es Rinat Ajmétov, el hombre más rico del país con un patrimonio de 15.400 millones de dólares, según estimaciones de Forbes.
Por ahora, los mineros no plantean exigencias políticas. Pero muchos de ellos decían que la grave situación económica no fue el único motivo por el que decidieron protestar. También lo fue el despido de varias decenas de sus compañeros que participaron en las protestas federalistas de Lugansk.
Entretanto, en la vecina provincia de Donetsk, en la mina de la localidad de Gorlovka los trabajadores quitaron la bandera de Ucrania e izaron la de la autoproclamada República Popular de Donetsk tras una reunión con sus representantes.
Se trata de la primera mina de Donbás que se une así a las manifestaciones prorrusas del este de Ucrania, destaca Moskovski Komsomolets.
