Cuba es el primer destino de la gira por países de América Latina que acaba de iniciar el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov. El nuevo impulso de la cooperación técnico-militar de Moscú y La Habana será otro gran factor irritante para EEUU, escribe hoy Kommersant.
La relación ruso-cubana atraviesa ahora uno de sus mejores momentos; huelga decir que el país caribeño votó en contra la resolución de la Asamblea General de la ONU que calificó de ilegítimo el referéndum de Crimea, recuerda el diario.
Rusia a su vez siempre ha respaldado en la ONU el borrador cubano que exige el fin del embargo comercial, económico y financiero impuesto por EEUU contra la isla. Pero el apoyo ruso no es solo moral: a finales del año pasado Moscú condonó a La Habana la cifra récord de 29.000 millones de dólares de su deuda.
Se prevé que este martes el canciller ruso discutirá con sus interlocutores cubanos posibles mecanismos para saldar los restantes 3.200 millones adeudados, así como analizará el futuro de los vínculos económicos y comerciales entre ambos países. En estos momentos, su intercambio comercial es más bien escaso (180.000 $ en 2013), pero esta cifra podría aumentar considerablemente gracias a una nueva ley que abre las puertas a la inversión extranjera en la isla, indica el periódico.
Entretanto, Moscú apuesta por cooperar con La Habana no solo en terreno económico. En febrero pasado, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, anunció los planes de desplegar bases militares en varios países latinoamericanos, Cuba incluida.
Aunque más tarde Moscú matizó que lo que se está negociando es la creación de puntos de mantenimiento técnico, cualquier presencia militar rusa en la región es capaz de provocar una reacción adversa en Washington. Así sucedió cuando, en medio de la crisis en Ucrania, en el puerto de La Habana atracó el buque de inteligencia ruso “Viktor Leonov”.
Si en la época soviética Cuba era uno de los mayores compradores de las armas rusas, ahora su actividad en este mercado es escasa. No obstante, Moscú podría mostrar flexibilidad a la hora de conceder al país caribeño créditos para comprar armamento ruso, recalca Kommersant.
