Corea del Norte está de nuevo al borde de la hambruna. No es de descartar que la ruina norcoreana tenga repercusión en Rusia, puesto que, según algunas informaciones, el país comunista busca incrementar sus actividades económicas en regiones siberianas, según Novie Izvestia.
De acuerdo al Programa Mundial de Alimentos de la ONU, el mes pasado las raciones diarias de alimentos proporcionados por el régimen a la población fueron de 410 gramos de media por persona.
Se trata de un mínimo en lo que va del año y de seguir recortándose esa cifra, el país se vería abocado pronto a una hambruna similar a la que sufrió en los años noventas, advierte la agencia surcoreana Yonhap.
Un indicio de que Pyongyang afronta graves problemas es la búsqueda de fuentes poco convencionales para obtener ingresos en moneda extranjera. La emisora Free Asia destaca a este respecto el aumento del número de leñadores norcoreanos que trabajan en Siberia, sobre todo en la provincia de Amur que desde hace décadas, alberga aldeas enteras de esos inmigrantes.
Y es que en virtud de un acuerdo que ambos países firmaron en los tiempos soviéticos, los trabajos de tala de árboles han sido una forma para saldar la deuda de Pyongyang con Moscú. En los últimos años el país comunista no parecía tener mucho interés en ese proyecto, pero recientemente decidió recuperarlo, señala el rotativo.
Según estimaciones de Free Asia, en la actualidad unos 10.000 trabajadores norcoreanos se encuentran en el Extremo Oriente ruso. Algunos de ellos escaparon de su país a través de China y ahora se ganan la vida en el sector de construcción o en mercadillos locales.
