El Ejército ucraniano continuó el lunes su ofensiva a las posiciones de las milicias independentistas de Donetsk y Lugansk. Todos los intentos de resolver el conflicto por vía diplomática fracasan, lo que pone en duda el futuro del grupo de contacto formado por Kiev, Moscú y la OSCE, escribe hoy Kommersant.
El mando de la operación en el Este ucraniano informó que, tras recuperar el control de Slaviansk y Kramatorsk, las fuerzas de seguridad echaron a los milicianos de otras cuatro localidades y un puesto fronterizo. El objetivo supremo de Kiev es bloquear en los próximos días las ciudades de Donetsk y Lugansk, cortando las vías de suministro de las milicias.
La fase intensa de la operación podría finalizar en cuestión de semanas, opina en declaraciones a Kommersant el politólogo ucraniano Vitali Bala. “Los hombres armados (milicianos) tratarán de abandonar el territorio de Ucrania ante el cierre definitivo de la frontera”, sostiene.
Los militares también creen tener cerca la victoria. “Ahora la prioridad es recuperar la vida pacífica en los territorios liberados de los terroristas”, dijo ayer el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, Andréi Lisenko.
Moscú por su parte acusó a Kiev de “destruir sus propias ciudades recurriendo a unas tácticas que raras veces se utilizan incluso por tropas invasoras en territorio enemigo” y “desoír las peticiones de salvar vidas humanas”.
La imposibilidad de resolver la crisis solo por la vía militar también es reconocida en Occidente, en particular en Alemania, cuyo ministro de Exteriores, Frank-Waslter Steinmeier, llamó la víspera a continuar el diálogo en el marco del grupo de contacto formado por representantes de Rusia, Ucrania y la OSCE.
Según lo acordado por los jefes de la diplomacia de Rusia, Francia, Ucrania y Alemania, el grupo tenía que volver a reunirse antes del pasado sábado, pero el encuentro se produjo solo el domingo por la tarde y sin participación de representantes del Este.
A raíz de ello, los expertos ucranianos dudan cada vez más de la capacidad del grupo para hallar una solución al conflicto.
“La OSCE entró en el grupo en su día porque quería lograr la liberación de sus observadores detenidos. En cuanto a Ucrania y Rusia, deberían negociar entre los dos países y sobre el conjunto de los problemas en su relación, empezando por Crimea”, indica el politólogo Konstantín Matvienko.
Vitali Bala coincide con esa opinión y señala la ausencia de “resultados tangibles” en las negociaciones. “Los ucranianos deben resolver el problema por su cuenta, sin ayuda de organizaciones internacionales y terceros países”, recalca el experto.
