Afganistán está al borde de una revolución tras el anuncio de los resultados de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. El exministro de Exteriores Abdulá Abdulá se negó a reconocer su derrota y llamó a desplegar protestas masivas en el país. EEUU advirtió que no tolerará una usurpación del poder en Afganistán, que privaría a Kabul de ayuda extranjera, revela hoy Kommersant.
Abdulá, el favorito para ocupar la presidencia del país tras la primera vuelta de las presidenciales, sostiene que en la segunda ronda de las elecciones tuvieron lugar numerosas infracciones.
Según el excanciller, las falsificaciones fueron realizadas por encargo del presidente saliente Hamid Karzai, quien quiere ver como su sucesor al exministro de Finanzas, Ashraf Gani Ahmadzai.
Según Kommersant, la situación actual en Afganistán recuerda el conflicto que estalló en Ucrania a finales de 2014, cuando el perdedor de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en el país se negó a reconocer su derrota, circunstancia que dio lugar a la “revolución naranja”.
Pero a diferencia de los acontecimientos en Ucrania, el “Maidán afgano” no agrada a EEUU.
Washington se pronunció categóricamente contra los intentos de Abdulá de “desestabilizar la situación” en el país y amenazó con sanciones si el candidato perdedor “usurpa el poder”.
El diario ruso subraya que la postura de Washington es comprensible en vista de las consecuencias impredecibles que puede tener el “Maidán afgano”. Entre diversos guiones, Kommersant menciona el posible desmoronamiento del país y el regreso de los talibanes, lo que haría retroceder la situación al año 2001, antes de la entrada de las tropas de EEUU en Afganistán, cuando el país estaba sumido en el caos y el desgobierno.
