Los recortes presupuestarios a los que se comprometió el Gobierno de Ucrania para obtener las ayudas del Fondo Monetario Internacional se quedaron en una promesa sin cumplir. Los crecientes gastos en la operación en el este del país obligaron a Kiev a aumentar la cifra de los presupuestos en 600 millones de dólares, recoge RBC Daily.
Según las enmiendas a los presupuestos 2014 presentadas ante el Parlamento nacional, el Ejecutivo prevé invertir 1.500 millones de dólares en la operación especial y resolución de posibles imprevistos. La cifra comprende los recursos ya gastados en el primer semestre y los más de 800 millones de dólares que, según el Ministerio de Finanzas, harán falta en el próximo medio año.
No es de descartar que ese importe sea revisado en adelante, puesto que el Gobierno quiere el permiso de los legisladores para reducir otros gastos y destinar los “ahorros” a un fondo de reservas para el Ejército y otros cuerpos armados que por el momento acumula 46 millones de dólares.
El incremento del gasto militar obliga a Kiev a recortar las demás partidas presupuestarias, en particular las destinadas a las subvenciones para la industria nacional. El gasto social es el menos afectado por estos ajustes, ya que se trata de una medida muy impopular entre la población ucraniana, indica Grigori Pererva, jefe de la agencia calificadora ucraniana ІBI-Rating.
Pese a los recortes previstos, a los que el FMI condicionó la concesión del segundo tramo de asistencia financiera, el total de los gastos presupuestarios aumentará en 600 millones de dólares hasta 39.800 millones debido sobre todo al incremento de la partida militar.
Mientras tanto, las arcas de Estado ucranianas registran una disminución de ingresos debido precisamente a la operación militar en el este. “Las acciones armadas en las provincias de Donetsk y Lugansk han llevado a una reducción y, en algunos casos, a la congelación total de las actividades empresariales”, apunta la nota explicativa del proyecto de ley de presupuestos.
“Por ahora no está muy claro qué impacto tendrá para la economía la suspensión de varios programas de inversión. Pero podríamos vernos en una situación donde literalmente nos comeríamos el dinero concedido por Occidente”, advierte Pererva.
