La capital rusa no puede prescindir de los trabajadores extranjeros, a pesar de un reciente plan para sustituirlos con nacionales. Cada barrio moscovita podrá contratar entre 75 y 180 inmigrantes que trabajarán como barrenderos, empleados de limpieza u operarios de carreteras, escribe Izvestia.
El año pasado, el Ayuntamiento de Moscú lanzó una reforma en el ámbito de los servicios municipales que en particular preveía la sustitución de extranjeros empleados ilegalmente en el sector por los rusos. Portavoces de la alcaldía dijeron entonces que los servicios de limpieza pueden prescindir de la mano de obra “importada”.
Sin embargo, el plan no ha funcionado bien del todo, ya que tanto los moscovitas como residentes de otras ciudades rusas no han mostrado especial interés en desempeñarse como barrenderos. Por ello, las autoridades moscovitas optaron por establecer cupos para cada barrio pudiera emplear a inmigrantes, eso sí, de forma absolutamente legal y facilitándoles alojamiento en residencias especiales.
La empresa que proporciona servicios de limpieza en el barrio moscovita de Novokosinó, en el este de la ciudad, podrá contratar a 90 ciudadanos de Tayikistán según el cupo asignado, explica su jefe Gueorgui Lóginov. La entidad oferta un total de 173 plazas vacantes, para las que recibió solicitudes solo de 25 ciudadanos rusos, todos ellos procedentes de fuera de Moscú.
“La mitad de las plazas se reservará para los moscovitas por si quieren ocuparlas”, dice el empresario, al admitir no obstante que los residentes de la capital apenas se interesan por empleos de este tipo.
La limpieza y otras obras en Sévernoe Medvédkovo, en el norte de la ciudad, correrá a cargo de 90 trabajadores procedentes de Tayikistán y Uzbekistán.
“Queremos volver a contratar a los mismos inmigrantes que ya han trabajado en el barrio como barrenderos y se han ganado la gratitud de los residentes”, explica el jefe de las autoridades distritales, Borís Trofímov.
En otro barrio moscovita, Liublinó, serán contratados 180 tayikos, uzbecos y ucranianos. Entre estos últimos, hay refugiados que ya habían solicitado trabajo en los servicios locales y ahora podrán ser empleados de forma legal.
