El presidente ruso sorprendió la víspera con un atrevido proyecto para reformar el Kremlin. El plan prevé en particular desalojar al exterior de la muralla a medio millar de funcionarios que conforman varias secciones de la Administración presidencial, recuperar dos monasterios del siglo XIV y potenciar la dimensión turística y cultural del recinto, comenta RBC Daily.
Los casi 500 empleados de la Administración abandonaron el Kremlin en 2011, cuando comenzó una gran reforma del edificio en que se alojaba el ente. Según la previsión inicial, debían regresar en unos años, una vez finalizadas las obras.
El repentino nuevo plan anunciado el jueves por el presidente implica que ahora se quedarán trabajando fuera de la muralla, aunque, eso sí, muy cerca. En el lugar del edificio que ocupaban antes se reconstruirán el Convento de la Ascensión y el Monasterio de Chudov, dos joyas arquitectónicas destruidas entre finales de los años veintes y principios de los treintas del siglo pasado.
El interior del Kremlin seguirá siendo el lugar de trabajo solo para el propio presidente, el jefe de su Administración y varios departamentos más importantes de esta, como la secretaría o los servicios de protocolo y de seguridad, explicó a RBC una fuente de la entidad.
El funcionario calificó de “histórica” la iniciativa de Putin, que realza el valor del Kremlin como patrimonio cultural y lo hace más accesible para el público general. Los visitantes podrán desplazarse con más libertad en su interior y tendrán abiertas las puertas de la torre del Salvador, en la Plaza Roja, que hasta ahora solo se abrían a personalidades oficiales.
En un futuro, los turistas también podrán visitar los dos conventos reconstruidos, que acogerán exposiciones y otras actividades culturales. Las obras de los dos complejos arquitectónicos comenzarán solo después de que el plan sea aprobado por los expertos y la UNESCO, remarcó ayer el presidente Putin.
Asociaciones de moscovitas ya han aplaudido la iniciativa que, en caso de llegar a ser realidad, permitirá que el Kremlin recupere su integridad arquitectónica, dijo Konstantín Mijáilov, coordinador de la ONG Arznadzor (Vigilancia Arquitectónica).
