Las sanciones de Occidente a Rusia pueden afectar considerablemente la industria de municiones rusa, pues más del 70% de los cartuchos fabricados se destinan a exportaciones. Mientras los fabricantes esperan nuevos contratos del Ministerio de Defensa, los militares advierten que tienen municiones de sobra, escribe hoy Kommersant.
Según el diario, el viceministro de Industria y Comercio de Rusia, Alexandr Potápov, presidió ayer una reunión dedicada al desarrollo de la industria de municiones en Rusia. Constató que de momento no hay motivos para verlo todo color rosa.
Un informe presentado por el Ministerio indica que el sector de municiones se enfrenta en la actualidad a dos problemas: reservas excesivas de cartuchos en los arsenales de las Fuerzas Armadas y la posibilidad de nuevas sanciones de Occidente.
A mediados de la década de los 1990, el Ejército y las fuerzas del orden rusas redujeron bruscamente los pedidos de municiones. Los contratos públicos bajaron 20 veces, las empresas fueron privatizadas y sus accionistas reorientaron los suministros hacia el extranjero. En la actualidad, las exportaciones han alcanzado un 70% de todo el material producido.
El funcionario que presentó el informe en la reunión, indicó que, ante la falta de contratos públicos, “el sector llegó a depender casi por completo de la coyuntura del mercado internacional”. Los participantes del encuentro coincidieron en que unas nuevas sanciones de EEUU y la UE podrían afectar la fabricación de cartuchos en Rusia, pues al mercado estadounidense, por ejemplo, corresponde al 80% de las exportaciones de las municiones de armas de uso civil.
Anteriormente, EEUU impuso sanciones al consorcio ruso Kalashnikov. Según fuentes de Kommersant, eso provocó que de las 90.000 unidades de armamento contratadas por compradores estadounidenses, la empresa suministrara tan solo 34.000, mientras las 56.000 restantes están en vilo.
