El Ministerio de Exteriores de China rechazó la propuesta de Washington de sumarse a las represalias contra Rusia por su política en Ucrania. No obstante, el gigante asiático apenas mostrará una oposición firme a la actual política estadounidense respecto a Rusia, coinciden los expertos, según Védomosti.
La Administración de EEUU proseguirá contactos con Pekín sobre este tema, dijo al portal lituano Alfa.lt el coordinador del Departamento de Estado de EEUU, embajador Daniel Fried. También indicó que Washington intenta persuadir a Noruega, Suiza y otros países a que se unan a las sanciones contra Rusia. “Hemos tratado este tema con Corea del Sur y Singapur. Hemos celebrado consultas con China, y volveremos a hacerlo”, refirió.
Anteriormente, dirigentes chinos declararon en más de una ocasión que no creen en la eficacia de las sanciones. “No vemos ningún sentido en las sanciones, porque provocarán otras formas de respuesta. Tendríamos consecuencias impredecibles, y no lo queremos”, indicó el embajador de China en Alemania, Shi Mingde.
Según el profesor de la Escuela Superior rusa de Economía, Mijaíl Kárpov, China no renunciará a importar materias primas rusas ni a hacer inversiones en Rusia. Pero al mismo tiempo indicó que pueden disminuir los suministros de su maquinaria a Rusia y los créditos se concederán bajo un interés más alto.
China no se sumará a las sanciones, pero tampoco las rechazará con dureza, opina el politólogo Alexéi Makarkin. “Washington no se plantea la tarea de hacer un milagro y persuadir a China, solo da a entender que EEUU no está interesado en que China estreche la cooperación con Rusia”, explicó. EEUU no quiere que China lo sustituya en el mercado ruso. En tal contexto, Pekín se verá obligado a maniobrar y considerar en cierto grado los intereses estadounidenses, agregó.
A juicio del politólogo Stanislav Belkovski, China ocupa una posición pro estadounidense. Lo prueba, según él, el volumen de las inversiones chinas en la economía de EEUU. “Oficialmente China no se unirá a las sanciones contra Rusia, pero seguirá prestando oído a Washington”, señaló. Las actuales consultas entre Washington y Pekín son más bien una herramienta que la Casa Blanca usa para presionar sobre Rusia, resumió.
