Desde el domingo pasado y hasta el próximo viernes, la provincia china de Mongolia Interior es escenario de un simulacro antiterrorista de la Organización de Cooperación de Shanghái. Por primera vez, el gigante asiático asume el mando de estas maniobras que los países de la OCS celebran de forma anual, escribe Nezavisimaya Gazeta.
Los medios chinos destacan que se trata del mayor simulacro celebrado por la Organización de Shanghái desde 2004. En el polígono de Zhurihe se entrenan estos días un total de 7.000 soldados de cinco Ejércitos.
Concretamente, son 300 paracaidistas kazajos, 200 militares tayikos, 500 efectivos de Kirguizistán, 1.000 soldados rusos y 5.000 chinos. En los ejercicios se utilizan también centenares de blindados y carros de combate, aviones y helicópteros.
El objetivo de las maniobras es ensayar operaciones conjuntas para hacer frente a las tres “fuerzas del mal” (el terrorismo, el separatismo y el extremismo) y aumentar la capacidad de combate de las fuerzas antiterroristas de los cinco países, indica el periódico.
Según expertos chinos citados por el rotativo, aunque los ataques terroristas han incrementado en China últimamente, todavía se trata de casos aislados y grupos pequeños. Al mismo tiempo, en el país asiático hay conciencia de que el terrorismo se globaliza y que se debe cooperar a nivel internacional para impedir que surjan nuevas "al qaedas".
Hace dos años, en el polígono de Zhurihe se levantaron decenas de construcciones que imitan las de una ciudad normal. Estas instalaciones sirven ahora de “decorado” para que las fuerzas de la OCS puedan ensayar operaciones antiterroristas en un entorno urbano.
“Es decir que China no espera a que los terroristas locales busquen a patrocinadores para emprender acciones a gran escala, y se prepara ya mismo para hacer frente a esta amenaza”, concluye el diario ruso.
