Kazajistán podría abandonar la Unión Euroasiática, integrada además por Bielorrusia y Rusia, si esa militancia pusiera en riesgo su independencia, escribe este lunes el diario ruso Kommersant.
“Astaná jamás formará parte de organizaciones que representen una amenaza para la independencia de Kazajistán”, declaró el presidente kazajo, Nursultán Nazarbáyev, citado por el diario.
Las declaraciones del mandatario de Kazajistán se produjeron inmediatamente después de que el vicepresidente de la Duma de Estado (cámara baja del Legislativo) y líder del Partido Liberal-Democrático, Vladímir Zhirinovski, acusara al vecino país de atizar los ánimos rusófobos.
Pero lo que realmente se convirtió en escándalo para los kazajos fue la velada amenaza de Yirinovski de revisar las fronteras con Kazajistán.
“Esperemos por ahora. Aclarémonos primero con Ucrania”, dijo.
“Varios medios de información se apresuraron a presentar las declaraciones de Nazarbáyev casi como una muestra de que Astaná analiza la posible salida de la Unión Euroasiática. La cuestión, sin embargo, no se plantea de esa manera”, dijo al diario Arkadi Moshes, director del programa ruso del Instituto Finlandés de Relaciones Exteriores.
A juicio del experto, las palabras de Zhirinovski “perjudican la política exterior de Rusia” y “pueden hacer estallar las relaciones de Moscú y sus socios”.
Comparte esta opinión el director del Instituto de Valoraciones Estratégicas, Serguéi Oznóbyshev, quien declaró a Kommersant que “en una situación cuando las relaciones de Moscú con sus vecinos exigen especial delicadeza las declaraciones de algunos políticos, lejos de apaciguar, conducen a una escalada”.
