Los turistas rusos que en 2013 dejaron 53.000 millones de dólares en el extranjero (5º lugar en el ranking global), este año parecen menos dispuestos a viajar y a gastar, lo que ya ha repercutido en la cifra de ventas en Europa, escribe Vedomosti.
Entre enero y marzo de 2014, los gastos de los rusos en el extranjero crecieron solo un 4% frente al 25% en el mismo período del año pasado, según se desprende de la Organización Mundial del Turismo.
Sin embargo, el segundo y el tercer trimestre arrojan un cuadro aún peor. De acuerdo a la consultora Bain & Co, la crisis económica en Rusia y el deterioro de la capacidad adquisitiva de sus ciudadanos hicieron bajar las ventas en los países de Europa del Este e incluso en algunos de Europa Occidental.
Entre los afectados por esta tendencia se encuentran, por ejemplo, los centros turísticos franceses e italianos, señala el periódico.
La drástica caída del gasto de los rusos se dejó sentir especialmente en el mercado del lujo. Así, el grupo Kering, propietario de algunas de las primeras marcas como Alexander McQueen, Balenciaga o Gucci, constató en su informe del primer semestre de 2014 el impacto negativo provocado por el debilitamiento del rublo y la disminución de los visitantes del país eslavo.
Otras compañías del sector como Ferragamo, Prada o LVMH también lamentaron la ralentización de las ventas que achacaron a problemas de índole política y económica, en particular al conflicto en torno a Ucrania.
Mientras tanto, los rusos son ahora más reticentes a invertir en los artículos de lujo también en su país de origen. Los expertos de Bain & Co calculan que el mercado ruso de las grandes marcas cerrará este año con una caída del 18%, lo que supone el peor resultado en muchos años.
