Los resultados del experimento Matrioshka-R a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI) revelan que los astronautas reciben una cantidad considerablemente menor de la radiación de lo que se suponía, informa la revista Radiation and Environmental Biophysics.
"Esta información es muy importante a la hora de planear vuelos de larga distancia, ya que permite aumentar su duración y distancia. De todas formas, las dosis siguen siendo considerables, necesitamos reducirlas para proteger la salud de los astronautas", dijo uno de los investigadores, Viacheslav Shurshakov, del Instituto de Asuntos Médico-Biológicos de la Academia de Ciencias de Rusia.
El experimento comenzó en 2004 en la EEI con el uso de maniquíes antropoides especiales equipados con sensores de radiación ionizante que permitieron medir las dosis que reciben los órganos internos de astronautas. La investigación, que contó con la participación de científicos de Polonia, Suecia, Alemania y Austria, arrojó cifras precisas del nivel de radiación.
Los resultados muestran que los dosímetros personales de los astronautas aumentan la dosis de radiación en un 15% dentro de la EEI y en más del 200% durante una caminata espacial, dice el artículo.