El presidente catalán Artur Mas ha reafirmado hoy "que votaremos, aunque no sabemos en qué condiciones porque no depende de nosotros", en referencia a la consulta separatista del 9 de noviembre que el Gobierno de Madrid prohíbe porque no la permite la Constitución.
Un día después de la gigantesca manifestación pro independentista que vivió Barcelona, el dirigente nacionalista ha avanzado, en una entrevista a la radio catalana RAC1, que ya tienen todo el dispositivo preparado para el referéndum. La consulta ha de tener "garantías democráticas" para legitimarla fuera de las fronteras españolas.
Este jueves 1.800.000 personas, según los secesionistas, y medio millón, según el Gobierno de Madrid, tomaron pacíficamente las calles de la capital catalana. Los organizadores dibujaron un V gigante –de Votar y de Victoria–, para celebrar la fiesta nacional, una conmemoración que recordaba este año el 300 aniversario de la toma de Barcelona, en 1714, por Felipe V, que derogó las instituciones catalanas.
Mas ha asegurado que seguirán adelante con el plan trazado. "La vía y el camino es la consulta que tenemos planificada. Hemos de hacerlo bien, porque si no será un bumerán sobre nosotros. Y esto no lo quiere nadie". Para Mas, la consulta "no es vinculante" pero serviría para sentarse a hablar con Madrid y Bruselas. "No puedo llevar al país hacia un lugar concreto antes de saber cuál es la respuesta".
El dirigente catalán admite, sin embargo, que puede tener dificultades con ayuntamientos que no quieran colaborar con el refrendo, como es el caso de las decenas de consistorios catalanes que no están en manos de los nacionalistas.
El líder de la oposición, el socialista Pedro Sánchez, ha urgido hoy al presidente español, el conservador Mariano Rajoy, y a Mas a dialogar porque "no podemos continuar así". En una entrevista a Radio Nacional de España, el nuevo dirigente del PSOE ha calificado la consulta de ilegal. "Más que el derecho a decidir, se trata del derecho a la autodeterminación".
La gigantesca manifestación de este jueves ha vuelto a demostrar que el movimiento independentista catalán sigue en alza, lejos de haberse desinflado como aseguraban algunos políticos conservadores, especialmente, después de que estallara el caso Pujol de fraude fiscal.
Jordi Pujol, presidente de la Generalitat, y uno de los políticos más admirados por la ciudadanía confesó en julio que había mantenido su fortuna durante 34 años en paraísos fiscales.
El éxito de la concentración ha demostrado una vez más que muchos de los 7,5 millones de catalanes se sienten maltratados por el Gobierno Central.
