Gallardo: "Naturaleza viva"

© Foto : Walter EgoWalter Ego
Walter Ego - Sputnik Mundo
Síguenos en
Semblanza de José de Jesús Gallardo, pintor y paisajista mexicano, reconocido en su tierra natal por la calidad y autenticidad de su obra

“Todo artista debe destruir o perpetuar el lugar que más conoce”

Ernest Hemingway

El paisaje –dicen– llegó tarde al Arte. La proposición pudiera parecer equívoca, y acaso reversible, pero es cierta. Sólo cuando el Arte –ensueño humano– volteó a la Naturaleza con ojos de luz, trocó en generoso lo antaño oneroso y gestó el Paisaje a partir del hábitat.

© Foto : Cortesía del Rocas en silencio / óleo sobre tela
Rocas en silencio / óleo sobre tela  - Sputnik Mundo
Rocas en silencio / óleo sobre tela

Lo demás es historia. Una historia que comenzó a escribirse en un Oriente amurallado y dado a la contemplación como filosofía, y que hizo suya un Occidente gotizante y trotamundos que antepuso, ilusoriamente, el sentimiento a la razón: para el espectador el paisaje supone la total liberación de los sentidos, el hedonismo en estado puro; para el artista supone una fuente inagotable de retos plásticos y la sustitución del placer de la contemplación por el hechizo de la creación.

El paisaje: musa y modelo

José de Jesús Gallardo Carrillo nació en León, estado de Guanajuato, el 11 de diciembre de 1931. En 1947 ingresó en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Fundador en 1952 de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guanajuato y en 1971 de la Escuela de Grabado de la misma casa de estudios, ha tenido en la ciudad de Guanajuato inspiración y desafío. La ha visto al derecho y al revés y ha recreado durante años los estados de ánimos de sus paisajes –el urbano y el natural– con una vocación irrefrenable de taumaturgo. Guanajuato ha sido para él musa y modelo a la vez.

Ya sea en lienzos de pequeño o gran formato, ya sea el óleo o el grabado la técnica que lo asiste, la obra de Jesús Gallardo lleva a frecuentar un Guanajuato que destila presencia y esencia, obra en las que coexisten el puro interés plástico que motiva al artista a volver reiteradamente sobre un mismo motivo y la expresión de la magia de un entorno cuya cercanía (valga el oxímoron) distancia el disfrute.

© Foto : Cortesía del autorMina Valenciana 1 / aguafuerte
Mina Valenciana 1 / aguafuerte  - Sputnik Mundo
Mina Valenciana 1 / aguafuerte

La obra de Jesús Gallardo es, pues, la distancia propicia para ver con ojos nuevos una ciudad y un ámbito de hechizo inagotables. Sus óleos nos regresan, convertidos en luces y sombras la aridez de sus roquedales (“Rocas en silencio”); sus aguafuertes –deudores del Rembrandt y con guiños cómplices a los cielos tormentosos de Turner (“Mina Valenciana 1”)–, nos devuelven, también con luces y sombras, el aire medieval de una ciudad que desafía al tiempo y que el artista ha contribuido, sin dudas, a perpetuar.

© Foto : Cortesía del autorMujer con rebozo / óleo sobre tela
Mujer con rebozo / óleo sobre tela - Sputnik Mundo
Mujer con rebozo / óleo sobre tela

Asimismo, se vivencia en la obra de Gallardo, por una parte, la espléndida consecución de matices y texturas resueltas con mano maestra; por la otra, la certeza de asistir a esa fugaz eternidad sólo inherente al Amor y al Arte que se gesta –como diría el poeta– al convertir en milagro el barro.

Únicamente ese milagro explica la magia serena que dimana, por ejemplo, de esos grabados en los que se rinde tributo a un Guanajuato agreste que sus hijos esculpieron a golpe de barreno; explica asimismo (con permiso de Paul Leduc) lo vivo de una naturaleza caleidoscópica que se prodiga en colores que harían la delicia de un impresionista y a cuyo influjo apenas si se resiste el pintor.

Más allá del paisaje

© Foto : Cortesía del Un paisaje, tres visiones
Un paisaje, tres visiones - Sputnik Mundo
Un paisaje, tres visiones

Sin embargo, la obra de Jesús Gallardo no se agota en sus paisajes magistrales. Su “Serie de la muerte”, por ejemplo, revela a un artista al que la figuración expresionista –los códigos del grotesco expresivo concretamente– no le resulta ajena y le sirve para incorporar a su obra un tema salido del imaginario popular mexicano pero sin concesiones al populismo; sus retratos al óleo y sus desnudos dibujados a lápiz revelan el talento y el oficio parejos de quien conoce y recrea también la geografía del cuerpo humano, en cuyas texturas y degradados se deja ver la misma mano maestra que trazó los paisajes referidos.

El 11 de abril del presente año el Ayuntamiento de la ciudad otorgó a Jesús Gallardo el reconocimiento de “Guanajuatense Distinguido”, testimonio de orgullo por un artista que la ha perpetuado; el maestro Gallardo siente, sin dudas, el orgullo de habitarla: la ciudad lo ha perpetuado.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

El match de la muerte: los alemanes no siempre ganan

México negro y querido: la tercera raíz

Un mexicano y el “Día D”

"Hasta la victoria secret": albures mexicanos

Una modesta proposición (contra el bullying)

Trotsky y Siqueiros: del asesinato y las bellas artes

La caridad como espectáculo

De cómo los rusos ayudaron a Cantiflas

La “novia sigilosa” de Gabriel García Márquez

Las sucesivas muertes y renacimientos del Gabo

Lo último
0
Para participar en la conversación,
inicie sesión o regístrese.
loader
Chats
Заголовок открываемого материала